El melón es, sin duda, uno de los grandes protagonistas del verano. Su pulpa jugosa y aromática no solo refresca los días más cálidos, sino que también aporta nutrientes esenciales que lo convierten en una opción idónea para toda la familia, especialmente en los meses de más calor, cuando el cuerpo necesita alimentos frescos y ligeros.
Un perfil nutricional ejemplar
Rico en agua (alrededor del 90%), el melón es un aliado para la hidratación estival. Su aporte de vitamina C contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario, mientras que la vitamina A, en forma de betacarotenos, favorece la salud ocular y el mantenimiento de la piel. Además, contiene potasio, un mineral clave para el equilibrio electrolítico y la función muscular. Todo ello con un contenido calórico muy bajo, lo que lo convierte en un postre ligero, saludable y apto para cualquier dieta equilibrada.
Variedades para todos los gustos
En nuestro catálogo destacan el melón amarillo y verde, el cantalupo y el melón Galia, cada uno con matices de sabor y textura únicos:
Melón amarillo: piel brillante, pulpa jugosa y un sabor dulce e intenso que lo convierte en el favorito del verano.
Melón verde: carne firme, dulzor equilibrado y textura refrescante.
Cantalupo: pulpa anaranjada, aroma intenso y notas ligeramente almizcladas; ideal para ensaladas gourmet.
Galia: interior verde pálido y sabor delicado; combina muy bien con jamón curado o quesos suaves.
Consejos de compra y conservación
Para elegir un buen melón, fíjate en la fragancia: un olor dulce en la zona del pedúnculo indica madurez. La corteza debe ceder ligeramente a la presión, sin zonas blandas ni grietas. Una vez en casa, consérvalo a temperatura ambiente si vas a consumirlo en 24/48h. Tras cortarlo, guárdalo en el frigorífico, bien envuelto, para mantener su jugosidad, evitar la transmisión de olores y conservar todo su sabor.