El caqui, también conocido como persimón o palo santo según la variedad y la zona, es una fruta originaria de Asia que ha conquistado poco a poco los mercados mediterráneos. Su aspecto llamativo, de piel anaranjada intensa y textura carnosa, lo convierte en un fruto inconfundible durante los meses de otoño e invierno, cuando alcanza su mejor momento de consumo.
Procede del árbol Diospyros kaki, cuyo nombre en griego significa “fruto del fuego divino”. En la cultura oriental, el caqui ha sido considerado durante siglos un símbolo de longevidad, abundancia y prosperidad. Hoy en día, su cultivo se ha extendido a muchas regiones templadas del mundo, y España es uno de los principales productores europeos, especialmente en la Comunidad Valenciana, donde se ha popularizado el caqui de tipo “Persimón”.
Propiedades nutricionales y beneficios
El caqui es un auténtico concentrado de nutrientes. Su pulpa aporta grandes cantidades de vitamina A, en forma de betacarotenos, esenciales para la salud ocular y la protección de la piel frente a los radicales libres. También contiene vitamina C, que fortalece el sistema inmunológico y potencia la absorción de hierro.
Otro de sus puntos fuertes es su contenido en fibra dietética, que favorece el tránsito intestinal y contribuye a una digestión saludable. Aporta además minerales como potasio, magnesio y fósforo, fundamentales para la regulación de la presión arterial, el equilibrio hídrico y la función muscular. Con unas 70 kcal por cada 100 g, es una opción energética, saciante y al mismo tiempo ligera.
¿Cómo disfrutar del caqui?
Existen dos formas principales de consumirlo: el caqui clásico o “blando”, de pulpa muy jugosa y dulce que se come con cuchara, y el tipo persimón, más firme y fácil de cortar en láminas. Puedes degustarlo solo, en ensaladas de otoño con granada, frutos secos y queso, en batidos energéticos, o como base de postres, compotas y mermeladas. Incluso combina muy bien con platos salados, como guarnición de carnes magras o pescados al horno.
Curiosidades sobre el caqui
¿Sabías que el caqui solo se introdujo en Europa en el siglo XIX? Desde entonces su popularidad no ha dejado de crecer. Además, a diferencia de otras frutas, algunos caquis contienen taninos que provocan astringencia si se consumen inmaduros, pero una vez maduran, su dulzor es intenso y agradable. En resumen, el caqui es una fruta estacional que aporta color, sabor y beneficios a tu dieta.